El libro conciso del cuerpo en movimiento (Color)

El libro conciso del cuerpo en movimiento (Color)

von: Chris Jarmey

Paidotribo S.L., 2011

ISBN: 9788499101132 , 187 Seiten

Format: ePUB

Kopierschutz: DRM

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Preis: 8,99 EUR

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El libro conciso del cuerpo en movimiento (Color)


 

Nacemos con aproximadamente 350 huesos, pero que se fusionan de manera gradual y en la pubertad sólo nos quedan 206 huesos. Estos huesos forman la estructura de soporte del cuerpo y se conocen en conjunto como endoesqueleto (el exoesqueleto está muy bien desarrollado en muchos invertebrados, pero en el ser humano sólo existe como dientes, uñas y pelo). El hueso completamente desarrollado es el tejido más duro del organismo y está compuesto en un 20% por agua, un 30% a 40% por materia orgánica y el 40% a 50% por mate-ria inorgánica.

 

Desarrollo y crecimiento del hueso

 

La mayor parte del hueso se forma a partir de una base de cartílago (véase abajo) que se calcifica y después se osifica para formar hueso verdadero. Este proceso se produce pasando por las siguientes cuatro fases:

 

  1. Células de estructuración del hueso denominados osteoblastos que se activan durante el segundo o tercer mes de la vida del embrión.
  2. Inicialmente, los osteoblastos fabrican una matriz de material entre las células que es rico en una fibroproteína denominada colágeno. Este colágeno refuerza el tejido. Posteriormente las enzimas permiten el depósito de compuestos de calcio en la matriz.
  3. Este material intercelular se endurece alrededor de las células para convertirse en osteocitos; es decir, células vivas que mantienen el hueso, pero que no producen hueso nuevo.
  4. Otras células, denominadas osteoclastos, destruyen, remodelan y reparan el hueso; un proceso que continúa a lo largo de la vida, pero que se enlentece conforme avanza la edad. En consecuencia, los huesos de las personas mayores son más débiles y más frágiles.

 

En resumen, los osteoblastos y los osteoclastos son células que se depositan en y destruyen el hueso, respectivamente, permitiendo que el hueso adapte lentamente su forma y sin fuerza a las necesidades.

 

 

Figura 3.1: Desarrollo y crecimiento del hueso.

 

Cartílago

 

El cartílago existe como formación temporal que posteriormente es sustituido por hueso o como suplemento permanente del hueso. Sin embargo, no es tan duro ni tan fuerte como el hueso.

 

Consiste en células vivas denominadas condrocitos, contenidas dentro de las lagunas (espacios) y rodeado por una sustancia intercelular rica en colágeno. El cartílago es relativamente avascular (no penetrado por vasos sanguíneos) y se nutre principalmente de líquidos tisulares circundantes. Existen tres tipos principales de cartílago: cartílago hialino, fibrocartílago blanco y fibrocartílago amarillo.

 

Cartílago hialino

El cartílago hialino forma la base temporal de cartílago a partir de la cual se desarrollan muchos huesos, existiendo posteriormente en relación con el hueso como:

 

  • Cartílago articular de las articulaciones sinoviales.
  • Placas de cartílago entre áreas de osificación separadas de hueso durante el crecimiento.
  • Apófisis xifoides del esternón (que se osifica tarde o no lo hace) y los cartílagos costales.

 

También hay cartílago hialino en el tabique nasal, la mayor parte de los cartílagos de la laringe y los anillos de apoyo de la tráquea y los bronquios.

 

 

Figura 3.2: Lugares de localización del cartílago hialino en el organismo.

 

Fibrocartílago blanco

El fibrocartílago contiene tejido fibroso blanco. Posee una mayor elasticidad y fuerza tensil que el cartílago hialino. Se encuentra como:

 

  • Cartílagos sesamoideos en unos cuantos tendones.
  • Discos articulares en la articulación de la muñeca y las articulaciones claviculares.
  • El rodete (labrum) que profundiza las fosas de las articulaciones de hombro y cadera.
  • Dos cartílagos semilunares (meniscos) en cada articulación de la rodilla.
  • Los discos intervertebrales entre las superficies adyacentes de los cuerpos vertebrales.
  • La placa de cartílago que se une a los huesos de la cadera en la sínfisis del pubis.

 

 

Figura 3.3: Lugares de localización del cartílago blanco en el organismo.

 

Fibrocartílago amarillo

El fibrocartílago amarillo contiene fibras elásticas amarillas. Se observa en el oído externo, el conducto auditivo del oído medio y la epiglotis.

 

 

Figura 3.4: Lugares de localización del cartílago amarillo en el organismo.

 

Funciones de los huesos

 

Apoyo

Nuestros huesos ofrecen el entramado duro que soporta y fija todos los órganos blandos del organismo. Nuestras piernas sostienen torso, cabeza y brazos. La caja de costillas soporta la pared torácica.

 

Protección

Los huesos del cráneo protegen el encéfalo; las vértebras rodean la médula espinal; la caja costal protege todos los órganos vitales.

 

Movimiento

Los músculos se fijan a los huesos mediante tendones; utilizan los huesos como palancas para mover el cuerpo y todas sus partes; la disposición de los huesos y las articulaciones determina cuáles son los movimientos posibles.

 

Almacenamiento

La grasa se almacena como “médula amarilla” en las cavidades centrales de los huesos largos. Dentro de la estructura del propio hueso se almacenan minerales. Los minerales más importantes son el calcio y el fósforo, aunque también se almacenan el potasio, el sodio, el azufre, el magnesio y el cobre. Los minerales almacenados son liberados a la circulación sanguínea para su distribución a todo el organismo conforme a las necesidades.

 

Formación de células de la sangre

El volumen de la formación de células de la sangre se produce dentro de las cavidades de “médula roja” de determinados huesos.

 

Tipos de hueso – según su densidad

 

Hueso compacto

El hueso compacto es denso y parece liso a simple vista. En el microscopio el hueso compacto se ve como una agregación de sistemas haversianos, también denominada osteonas. Cada uno de estos sistemas es un cilindro elongado orientado a lo largo de un eje largo de hueso, consistentes en un conducto central haversiano que contiene los vasos sanguíneos, los vasos linfáticos y los nervios, rodeados por placas concéntricas de hueso denominadas laminillas. En otras palabras, cada sistema haversiano es un grupo de tubos huecos de matriz ósea (laminada), colocado uno dentro del siguiente. Entre las laminillas hay espacios (lagunas) que contienen linfa y osteocitos. Las lagunas están unidas a través de conductos filiformes denominados canaliculos a los vasos linfáticos en el conducto haversiano, lo que permite que los osteocitos obtengan nutrientes a partir de la linfa. Este abanico tubular de las laminillas da una gran fuerza al hueso.

 

Otros conductos denominados perforantes o conductos o canales de Volkmann están en ángulo recto con el eje longitudinal del hueso, conectando los vasos sanguíneos y el aporte neural dentro del hueso al periostio (véase página 35).

 

 

Figura 3.5: Estructura del hueso compacto.

 

Hueso esponjoso

El hueso esponjoso está compuesto por trabéculas (literalmente, pequeños haces) pequeñas como agujas que contienen laminillas y osteocitos irregularmente dispuestos e interconectados por canalículos. No hay sistemas de Havers, sino más bien un gran número de espacios abiertos que pueden considerarse como conductos de Havers que dan un aspecto en panal de miel. Estos espacios se rellenan con médula roja o amarilla y vasos sanguíneos.

 

Esta estructura forma un entramado dinámico de alteración gradual a través de la realineación en respuesta a tensiones de peso, cambios posturales y tensión muscular. El hueso esponjoso se encuentra en la epífisis de los huesos largos, los cuerpos vertebrales y otros huesos sin cavidades.

 

 

Figura 3.6: Estructura del hueso esponjoso.

 

Tipos de hueso – según su forma

 

Huesos irregulares

Los huesos irregulares tienen formas complicadas; consisten principalmente en hueso esponjoso encerrado por finas capas de hueso compacto. Entre otros, los ejemplos son: algunos huesos del cráneo, las vértebras y los huesos de la cadera.

 

Huesos planos

Los huesos planos son delgados, aplanados y con frecuencia curvados; poseen una capa de hueso esponjoso que se encuentra entre dos capas finas de hueso compacto. Los ejemplos son la mayor parte de los huesos del cráneo, las costillas y el esternón.

 

Huesos cortos

Los huesos cortos generalmente tienen forma de cubo; consisten en su mayoría en hueso esponjoso. Entre otros, los ejemplos son los huesos carpianos en la mano y los huesos del tarso en el tobillo.

Sesamoideos (del latín, significa con forma de una semilla de sésamo): los huesos sesamoideos son un tipo especial de hueso corto que son formados y embebidos en un tendón. Los ejemplos son la rótula y el pisiforme en el extremo medial del pliegue de la muñeca.

 

Huesos largos

Los huesos largos son más largos que anchos; poseen una diáfisis con cabezas en ambos extremos y consisten principalmente en...